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jueves, 15 de noviembre de 2012
Sobre las críticas a Bildu
Isidro Esnaola
Economista
Sobre las críticas a Bildu
«Usan a Bildu de
diana», afirma el autor, que centra su artículo en las críticas, que
considera sistemáticas, que vierte ELA. En concreto, repara en las notas
de prensa que hizo públicas ese sindicato tras la tumultuosa reunión
del último Consejo Vasco de Finanzas y en la valoración del mismo en
relación al nuevo Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas que
aprobó la Diputación de Gipuzkoa. Refuta con datos esas críticas y se
pregunta qué se esconde tras ese afán de criticar a Bildu.
14/11/2012
Parece que para algunos criticar lo que hace Bildu se ha
convertido en deporte como correr por las mañanas. Y así, venga o no a
cuento, cualquier cosa que haga o en la que estén involucrado Bildu se
convierte en diana de afilados dardos. La crítica me parece sana y
necesaria para mejorar. Por suerte, además, todas las personas nos
equivocamos y hacemos así este mundo un poco más entretenido. Sin
embargo, cuando veo que algunas críticas van acompañadas de datos que no
se corresponden con la realidad, sacados de contexto y utilizados
torticeramente, me parece que se traspasa el ámbito de la crítica y lo
que se busca es destruir al adversario. A mi entender, esa actitud tiene
que ser objeto de denuncia pública.
Entre esos que usan a Bildu de diana está el sindicato ELA. Sin ir más lejos, tenemos dos ejemplos recientes. El primero se produjo tras la tumultuosa reunión del último Consejo Vasco de Finanzas. ELA saco una nota de prensa en la que decía en cuánto se iban a recortar los presupuestos del Gobierno de Gasteiz y las diputaciones para el año 2013, cuando es perfectamente conocido que ese Consejo lo que hace es acordar las previsiones de recaudación para el año que viene. Bien es cierto que los presupuestos se construyen sobre lo que se prevé recaudar, pero de ahí a decir que «ha aprobado, de facto, los presupuestos…» es cuando menos una exageración. Además, a continuación añaden «… y ha acordado que estos presupuestos contengan importantes recortes», cargando a sabiendas con una connotación negativa las previsiones de recaudación que, por cierto, solo definen la cantidad y no determinan en ningún sentido el modo en el que se vaya a gastar ese dinero.
Pues si las previsiones son menores que las del año pasado, teniendo en cuenta además que este año el gobierno de Rajoy ha subido el IVA y por lo tanto esa subida estará incluida en el cálculo de esas previsiones, nos podemos ir haciendo una idea de cómo están las cosas. Creo que en el fondo todavía no aceptan que hay una sutil pero importante diferencia entre riqueza y deuda: la riqueza es fruto de nuestro trabajo y se puede gastar sin más, sin embargo, las deudas se pueden gastar, sí, pero tienen un problema: hay que devolverlas en el futuro. Y cuando otras economías han dejado de prestar dinero a la nuestra, nos hemos encontrado que nuestra riqueza es la que es. Por otra parte, podían haber notado que el mayor incremento de recaudación se prevé precisamente Gipuzkoa, fruto en parte de los cambios fiscales que ha introducido Bildu; pero sobre esas cosas, mejor correr un tupido velo.
Finalmente, en la nota subrayan que en el consejo participaron representantes de PNV, Bildu, PSOE y PP, lo que refleja simplemente que cada institución está gobernada por una fuerza distinta porque los que toman parte en el Consejo Vasco de Finanzas no son los partidos, sino los gobiernos de las Diputaciones y el de Gasteiz, así como un representante de Eudel. Pero esto último no resulta suficientemente gráfico para ilustrar que todos los partidos políticos son iguales, y ellos pretendían remarcar que Bildu es como todos los demás y que además hace la misma política que el resto de partidos.
El segundo ejemplo es más cercano y se refiere a la valoración de ELA del Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas. Siguiendo en la tradición de no encontrar nada positivo en aquello que hace Bildu, parece que lo único que les ha gustado es el nombre del nuevo impuesto. Tal es el afán de subrayar la valoración negativa que el tercer punto de su valoración comienza textualmente con un «En sentido contrario…» que, además de sonar extraño, no permite saber respecto a qué es ese sentido contario: al párrafo anterior, al anterior impuesto...
Lo que sigue en la nota de prensa es un uso retorcido de los datos para apuntalar la tesis de que lo único que cambia es el nombre y el resto es un cambio a peor. Empieza recordando que no cambian las cantidades mínimas exentas con respecto a 2011: 700.000 euros en general y 300.000 euros para vivienda habitual. Y es verdad. Pero el año pasado, cuando se instauró de nuevo el viejo Impuesto sobre el Patrimonio, sí se cambiaron esos límites, seguramente pensando en este nuevo impuesto, y precisamente por eso, ahora no habrán cambiado.
Sin embargo, para valorar la recaudación sí que retroceden hasta el año 2008. Lo lógico hubiera sido que se valoraran los nuevos límites en relación con los que había entonces, a saber, una exención general del 208.000 euros y de 200.000 euros para vivienda habitual. Si se sube el límite exento, se reduce el número de personas obligadas a declarar, de modo que el nuevo impuesto afecta a aquellas personas que realmente acumulan una riqueza importante, es decir, a las grandes fortunas; y si nos atenemos al título de la norma, parece ser el objetivo que se busca.
Si cae el número de personas que tienen que declarar el impuesto es normal que tenga un efecto en la recaudación y caiga un poco. Pero también habrá que tener en cuenta los cambios en la coyuntura económica. Llevamos cuatro años de crisis y eso se nota especialmente en el valor de los bienes que forman un patrimonio. Según el Informe anual de la Hacienda de Gipuzkoa, el último año que se recaudó Patrimonio en Gipuzkoa casi dos terceras partes de los bienes que se declararon entonces eran valores (acciones y demás). Ese fue un año malo para la bolsa, aún así, el IBEX terminó el año un 20% más alto que su valor a día de hoy, lo que quiere decir que las personas que tienen su dinero en valores han podido perder desde entonces alrededor de un 20% de su patrimonio y por eso también se recaudará menos. Según ese mismo informe, casi una quinta parte del patrimonio que se declaró entonces estaba formado por inmuebles (edificios, viviendas, garajes…). En este caso, para hacernos una idea de su valor a día de hoy podemos ver que el precio del metro cuadrado en Gipuzkoa ha caído un 21% desde entonces, así que esos inmuebles también valdrán de media un 20% menos aproximadamente. Haciendo una rápida recapitulación de todos estos números: el 86% del patrimonio que se declaró en 2009 ha sufrido una pérdida de valor del 20% aproximadamente. A esto hay que añadir que por el cambio de límites, los que tienen que declarar por este impuesto son la mitad que entonces, y sin embargo, la previsión de recaudación con el nuevo impuesto solamente baja un… ¡4%! No se qué más se puede pedir.
¿Qué es lo que hay detrás de ese afán de atacar a Bildu? Pues no lo sé. Aunque a algunos de mis amigos les parezca mucho suponer, inteligencia se les supone. Así que como posibles motores de esta actitud destructiva nos queda la pereza, o ciertos intereses inconfesables. No parece que sea la primera, vista la celeridad con la que publican sus valoraciones, aunque tampoco se puede decir que profundicen demasiado, así que no queda más remedio que inclinarse por la última. Que un sindicato ataque sistemáticamente a un proyecto aglutinador, amplio y de izquierdas menospreciando todos y cada uno de los pasos que da solo puede ser el resultado de un miedo terrible a los nuevos escenarios que se abren (contra todos vivíamos mejor) o un intento de favorecer a alguna otra fuerza política.
Atribuyen a Cervantes la frase «ladran, luego cabalgamos». No me ha gustado nunca. Creo que ese sería un triste consuelo. Además, no creo que critiquen a Bildu porque se mueva, que se mueve, sino que critican porque ellos continúan atados a sus antiguos dogmas, atrincherados. Y eso no es bueno ni para la clase obrera, ni para la transformación social, ni para nadie en Euskal Herria.
Entre esos que usan a Bildu de diana está el sindicato ELA. Sin ir más lejos, tenemos dos ejemplos recientes. El primero se produjo tras la tumultuosa reunión del último Consejo Vasco de Finanzas. ELA saco una nota de prensa en la que decía en cuánto se iban a recortar los presupuestos del Gobierno de Gasteiz y las diputaciones para el año 2013, cuando es perfectamente conocido que ese Consejo lo que hace es acordar las previsiones de recaudación para el año que viene. Bien es cierto que los presupuestos se construyen sobre lo que se prevé recaudar, pero de ahí a decir que «ha aprobado, de facto, los presupuestos…» es cuando menos una exageración. Además, a continuación añaden «… y ha acordado que estos presupuestos contengan importantes recortes», cargando a sabiendas con una connotación negativa las previsiones de recaudación que, por cierto, solo definen la cantidad y no determinan en ningún sentido el modo en el que se vaya a gastar ese dinero.
Pues si las previsiones son menores que las del año pasado, teniendo en cuenta además que este año el gobierno de Rajoy ha subido el IVA y por lo tanto esa subida estará incluida en el cálculo de esas previsiones, nos podemos ir haciendo una idea de cómo están las cosas. Creo que en el fondo todavía no aceptan que hay una sutil pero importante diferencia entre riqueza y deuda: la riqueza es fruto de nuestro trabajo y se puede gastar sin más, sin embargo, las deudas se pueden gastar, sí, pero tienen un problema: hay que devolverlas en el futuro. Y cuando otras economías han dejado de prestar dinero a la nuestra, nos hemos encontrado que nuestra riqueza es la que es. Por otra parte, podían haber notado que el mayor incremento de recaudación se prevé precisamente Gipuzkoa, fruto en parte de los cambios fiscales que ha introducido Bildu; pero sobre esas cosas, mejor correr un tupido velo.
Finalmente, en la nota subrayan que en el consejo participaron representantes de PNV, Bildu, PSOE y PP, lo que refleja simplemente que cada institución está gobernada por una fuerza distinta porque los que toman parte en el Consejo Vasco de Finanzas no son los partidos, sino los gobiernos de las Diputaciones y el de Gasteiz, así como un representante de Eudel. Pero esto último no resulta suficientemente gráfico para ilustrar que todos los partidos políticos son iguales, y ellos pretendían remarcar que Bildu es como todos los demás y que además hace la misma política que el resto de partidos.
El segundo ejemplo es más cercano y se refiere a la valoración de ELA del Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas. Siguiendo en la tradición de no encontrar nada positivo en aquello que hace Bildu, parece que lo único que les ha gustado es el nombre del nuevo impuesto. Tal es el afán de subrayar la valoración negativa que el tercer punto de su valoración comienza textualmente con un «En sentido contrario…» que, además de sonar extraño, no permite saber respecto a qué es ese sentido contario: al párrafo anterior, al anterior impuesto...
Lo que sigue en la nota de prensa es un uso retorcido de los datos para apuntalar la tesis de que lo único que cambia es el nombre y el resto es un cambio a peor. Empieza recordando que no cambian las cantidades mínimas exentas con respecto a 2011: 700.000 euros en general y 300.000 euros para vivienda habitual. Y es verdad. Pero el año pasado, cuando se instauró de nuevo el viejo Impuesto sobre el Patrimonio, sí se cambiaron esos límites, seguramente pensando en este nuevo impuesto, y precisamente por eso, ahora no habrán cambiado.
Sin embargo, para valorar la recaudación sí que retroceden hasta el año 2008. Lo lógico hubiera sido que se valoraran los nuevos límites en relación con los que había entonces, a saber, una exención general del 208.000 euros y de 200.000 euros para vivienda habitual. Si se sube el límite exento, se reduce el número de personas obligadas a declarar, de modo que el nuevo impuesto afecta a aquellas personas que realmente acumulan una riqueza importante, es decir, a las grandes fortunas; y si nos atenemos al título de la norma, parece ser el objetivo que se busca.
Si cae el número de personas que tienen que declarar el impuesto es normal que tenga un efecto en la recaudación y caiga un poco. Pero también habrá que tener en cuenta los cambios en la coyuntura económica. Llevamos cuatro años de crisis y eso se nota especialmente en el valor de los bienes que forman un patrimonio. Según el Informe anual de la Hacienda de Gipuzkoa, el último año que se recaudó Patrimonio en Gipuzkoa casi dos terceras partes de los bienes que se declararon entonces eran valores (acciones y demás). Ese fue un año malo para la bolsa, aún así, el IBEX terminó el año un 20% más alto que su valor a día de hoy, lo que quiere decir que las personas que tienen su dinero en valores han podido perder desde entonces alrededor de un 20% de su patrimonio y por eso también se recaudará menos. Según ese mismo informe, casi una quinta parte del patrimonio que se declaró entonces estaba formado por inmuebles (edificios, viviendas, garajes…). En este caso, para hacernos una idea de su valor a día de hoy podemos ver que el precio del metro cuadrado en Gipuzkoa ha caído un 21% desde entonces, así que esos inmuebles también valdrán de media un 20% menos aproximadamente. Haciendo una rápida recapitulación de todos estos números: el 86% del patrimonio que se declaró en 2009 ha sufrido una pérdida de valor del 20% aproximadamente. A esto hay que añadir que por el cambio de límites, los que tienen que declarar por este impuesto son la mitad que entonces, y sin embargo, la previsión de recaudación con el nuevo impuesto solamente baja un… ¡4%! No se qué más se puede pedir.
¿Qué es lo que hay detrás de ese afán de atacar a Bildu? Pues no lo sé. Aunque a algunos de mis amigos les parezca mucho suponer, inteligencia se les supone. Así que como posibles motores de esta actitud destructiva nos queda la pereza, o ciertos intereses inconfesables. No parece que sea la primera, vista la celeridad con la que publican sus valoraciones, aunque tampoco se puede decir que profundicen demasiado, así que no queda más remedio que inclinarse por la última. Que un sindicato ataque sistemáticamente a un proyecto aglutinador, amplio y de izquierdas menospreciando todos y cada uno de los pasos que da solo puede ser el resultado de un miedo terrible a los nuevos escenarios que se abren (contra todos vivíamos mejor) o un intento de favorecer a alguna otra fuerza política.
Atribuyen a Cervantes la frase «ladran, luego cabalgamos». No me ha gustado nunca. Creo que ese sería un triste consuelo. Además, no creo que critiquen a Bildu porque se mueva, que se mueve, sino que critican porque ellos continúan atados a sus antiguos dogmas, atrincherados. Y eso no es bueno ni para la clase obrera, ni para la transformación social, ni para nadie en Euskal Herria.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
La clase trabajadora vasca avanza en su propio camino
Sonia González, Garbiñe Aranburu, Igor Urrutikoetxea LABeko zuzendaritzako kideak
La clase trabajadora vasca avanza en su propio camino
Es chocante que hace dos meses se nos hicieran llamamientos a desconvocar la huelga del 26-S y ahora se nos critique por no convocar dos meses más tarde
Nos encontramos desde el año 2008 asistiendo a una
batería incesante de ataques por parte del capital. Euskal Herria lleva
estos cuatro años respondiendo en los centros de trabajo y en las
calles, así como lo está haciendo el sindicalismo combativo en distintos
pueblos de Europa. Estos ataques están siendo orquestados por el
capital financiero trasnacional y dirigidos por elementos opacos tales
como el Consejo Europeo, el FMI o el BCE y, por tanto, una respuesta a
nivel de Europa que sirva de apoyo a las luchas de todos los pueblos
europeos por una Europa social sería lo deseable. Y LAB, por supuesto,
no se quedaría al margen de una convocatoria de estas características.
No es éste el caso, por mucho que se intente enmascarar y disfrazar como
tal. Por mucho que se repita un argumento, la realidad es tozuda: con
antelación ya se había convocado huelga general en Portugal y a ésta se
le sumó el Estado español. En Italia hay convocado un paro de dos horas
en cada turno. En Chipre no hay convocatoria, ni en Bélgica, ni en
Malta. Y Grecia acaba de pasar por dos días de huelga, el 6 y el 7 de
noviembre, pero no ha llamado al 14. En Grecia, como en Euskal Herria,
no hemos esperado a que la Confederación Europea de Sindicatos (CES)
llamase a un día de movilización.
De hecho, la convocatoria del CES, cuyo presidente en estos momentos
es Toxo, no es un primer paso dentro de una estrategia de respuesta
europea, sino un intento ex-profeso de dar legitimidad y sostén a una
convocatoria de huelga en el Estado de unos sindicatos que saben que van
perdiendo músculo y capacidad de movilización. Sostén que, por otra
parte, llega de manos de una confederación de sindicatos que ha sido
crucial para apuntalar el actual modelo de Unión Europea. Cabe decir que
LAB, así como muchos sindicatos europeos, no forma parte de esta
confederación.Que los centros de decisión están cada vez más alejados y que esto promueve, a su vez, que las decisiones sean cada vez más alejadas a los intereses de la clase trabajadora es una constatación a nivel europeo. La necesidad de acercar esos ámbitos de decisión a los pueblos y la capacidad de participar en esas decisiones sería -o debería ser-, por tanto, una constatación necesaria. No es comprensible, así, que se nos pretenda obligar a los trabajadores vascos que ya hemos tomado ese camino a que renunciemos a él y, mucho menos, que se intenten contraponer artificialmente intereses nacionales a intereses de clase, a no ser que tras una supuesta defensa de la unidad de la clase trabajadora lo que se esconda realmente sea una defensa de la unidad de España.
Intereses nacionales e intereses de clase no son algo contrapuesto. Hace muchos años que comprendimos perfectamente que son las dos caras de una misma moneda. Sin embargo, la gestión que se está haciendo de la crisis está llevando cada vez a más personas a comprender que son dos caminos inseparables, que el derecho a decidir de un pueblo y que su clase trabajadora tome parte en las decisiones es la única manera para que dicha decisiones sean tomadas de una manera realmente democrática. Este déficit democrático es el que permite que sea el gran capital financiero el que decida por encima de la voluntad popular.
El sindicalismo de acompañamiento de CCOO y UGT no ha cambiado, tan siquiera en estos años en que el capital con la ayuda de las elites políticas pretende hacer y deshacer a su antojo. No ha cambiado en Vascongadas, donde una minoría sindical se ha sentado en una mesa de diálogo social con el único contenido de servir de cobertura a los recortes de Patxi López. Tampoco ha cambiado en Nafarroa: si en marzo hablaban de unir fuerzas con LAB y ELA, tres meses más tarde firmaban un acuerdo sobre esa misma reforma para subordinar los convenios de Nafarroa a lo que se decidiera en Madrid, dar por buena la pérdida de poder adquisitivo y aceptar más flexibilidad y, por tanto, más desempleo. En Euskal Herria no queremos volver a la situación del 2008, ni queremos movilizarnos en contra de unas reformas sí y en otras hacer de acompañamiento del capital, así como sucedió con la brutal reforma de las pensiones en enero del 2011: mientras CCOO y UGT firmaban en Madrid, el 27 de enero de 2011 la clase trabajadora vasca volvía a tomar las calles.
Es cuando menos chocante que hace dos meses se nos hicieran llamamientos a desconvocar la huelga del 26 de septiembre y ahora se nos critique por no convocar dos meses más tarde. Y es cuando menos triste que se busque la legitimación de una convocatoria, no explicando sus objetivos, sino por contraposición y basándose en la descalificación de quien no la comparte.
Es perfectamente comprensible que cierta parte de la clase trabajadora apele a la unidad sindical. En la unidad reside la fuerza, pero la pregunta crucial y que aparece acto seguido es en favor de qué objetivos va a depositarse esa fuerza. Que sumar es el camino lo tenemos muy claro en LAB y que esa apuesta va dando sus frutos podemos constatarlo fácilmente, ya que cada vez son más sectores los que se suman al camino que emprendimos en 2009. Hemos demostrado que en este pueblo hay capacidad de movilización y prueba de ello dan cinco huelgas generales. En Euskal Herria hay un proceso social en marcha, un proceso social que lucha por una alternativa y por construir otro modelo. Ese es el objetivo en que hemos decidido depositar nuestra fuerza.
No se trata de recortes puntuales, sino de una transformación completa y estructural de todo el modelo económico y social, una venta rápida y barata de recursos públicos y derechos laborales y sociales. Euskal Herria, por el contrario, está avanzando y como pueblo está confrontando y haciendo su camino por una verdadera alternativa. Porque hay alternativa a esta reforma capitalista integral y salvaje, una verdadera alternativa, construida según decida la clase trabajadora vasca en toda su extensión. Este país tiene recursos suficientes y capacidad organizativa y de movilización para ello. Es hora de dejar de mirar a Madrid, ser conscientes y valorar el recorrido que comenzamos, sin esperar a nadie, en el 2009. Ahora es el momento de seguir adelante y de impulsar acuerdos estratégicos en lo social, sindical y político entre quienes realmente pretendemos construir aquí un nuevo modelo económico al servicio de la clase trabajadora y no del capital.
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